Ignoremos los malos comentarios, esos siempre van a existir en los medios amarillistas, quienes lo conocimos en la familia y los medios de comunicación que lo trataron desde el principio, sabemos cómo, quién y qué tipo de muchacho era, a él no le importaba si lo criticaban.

Aunque su papá cantaba un estilo de música, Adán optó por otro tipo, él impuso su propio estilo para cantar, quizá hasta desilusionó a mucha gente porque llevaba otra imagen y otro estilo que el de su papá, Adán no cantaba ni compuso narcocorridos; sus corridos llevaban otro mensaje porque era un niño muy soñador y tierno, era romántico de corazón; de esa forma lo vamos a recordar.

El haber sido el hijo de ‘Chalino’ Sánchez, no le abrió todas las puertas como algunos pueden pensar, él siempre luchó para ser del agrado del público, Adán entró por la puerta difícil y hubo momentos muy duros, cuando no lo tocaban en las radios y lo rechazaban, pero se los agradecemos hasta cierto punto, porque eso nos motivaba a echarle ganas.



Cada que tocaban uno de sus temas, él lo disfrutaba, era un placer para él y un triunfo cada vez que sucedía. Paladeó cada aplauso que recibió, de una o dos personas, o de una multitud completa, él siempre lo agradecía y lo disfrutaba, su mayor felicidad era estar en un escenario, no importa qué tan grande o pequeño fuera Hasta cierto punto era un muchacho cohibido, pero feliz, el cantar era como un juego para él y disfrutaba al hacerlo. Se sentía mal cuando en los eventos veía a las muchachitas tener que soportar empujones, apretones, y estar bajo el ardiente sol, sudorosas solo para verlo cantar, decía que un día las vería sentadas cómodamente en sus butacas.


Por eso doy gracias a Dios que le permitió ver eso en el concierto del Teatro Kodak, esa noche él disfrutó a lo máximo, reía y cantaba feliz de la vida, ese sueño que tenía se le cumplió, era como una deuda que pagó a su público.


Pienso que su destino ya estaba marcado, Dios sabrá por qué sucedió así. Con el tiempo vamos a hacer algo bien hecho, como a él le gustaba hacer las cosas, para que tengan un bonito recuerdo de Adán, y no de otra persona que solo piensa en hacer negocio y no saben ni quien fue Adán Sánchez.”


Viendo la entereza de la señora, le preguntaron cómo le hacía y de dónde sacaba tanta fuerza para soportar la perdida de su hijo, y hace doce años de su difunto esposo.


“Creo que todas las madres sabemos lo que podemos hacer por nuestros hijos, en este momento yo no importo, yo tengo toda una vida para llorarlo, para sufrir con mi dolor, ahora lo importante es lo que adán quería y lo que su papá defendía, siento que tengo en mi brazo a cada uno de ellos que me dan fuerza para seguir de pie. Su cuerpo y alma se fueron a descansar, su recuerdo se queda con nosotros.


Adán heredó el cariño de la gente que quería a su papa, y obtuvo el cariño de los admiradores que se ganó, así que tenía doble cariño, que a final de cuentas se fundían en uno solo”.

Adán era como todos nosotros, tenía momentos de tristeza y de enojo como todos, pero para los demás siempre tenía una sonrisa. Por diez años luchó por mantener su buena imagen y de esta forma motivar a los demás muchachos que estuvieran alejados de las drogas y los vicios, recordémoslo por siempre como realmente era él, alegre y sonriente